Se están empeñando en ponerme los dientes largos. Yo que soy un amante de las playas, y últimamente siempre me toca escribir sobre listas de las mejores playas. Y en España tenemos para aburrir, de norte a sur, y de este a oeste. No solo tenemos muchos kilómetros de costa, sino que existen territorios muy diferentes que ofrecen playas para todos los gustos. Ya me gustaría a mí conocer todas las playas sobre las que tengo que escribir, pero este trabajo no funciona así. Ojalá cada vez que me tocara hacer una lista de las mejores playas de un lugar me pagaran el viaje para conocerlas previamente. Pero entonces nos arruinaríamos todos.

Pero, de vez en cuando, me quedo tan extasiado cuando miro fotos de una de esas playas que me prometo visitarla en cuanto pueda. Y eso es lo que ha sucedido con la playa de Rodas en las islas Cíes. Ya me he sacado los billetes ons para acercarme a conocer esas islas y, por supuesto, darme un baño en esa playa.

La particularidad de Rodas y las otras playas de esas islas, incluso también de otras cercanas que están al otro lado en el continente, es la arena casi blanca, que recuerda a muchos de esos arenales caribeños que tan resultones son en las fotos. Si pensamos en playas caribeñas siempre nos viene a la cabeza el mismo encuadre: una playa de arena blanca solitaria, agua casi transparente y en calma, una barca amarrada y la palmera que no falte. 

Es posible que en las Cíes no haya palmeras, pero tenemos robles, madroños y abedules. En cuanto a lo demás, no falta la arena blanca, las aguas turquesas y las barcas. No hay que olvidar que para llegar a las Cíes se necesita un barco y por eso yo he sacado los billetes ons. En cuanto a la temperatura del agua, si estáis acostumbrados al Cantábrico no os supondrá un gran problema. Ahora bien, si vienes de Varadero, Punta Cana o Aruba y te tiras al agua en Rodas sin un poco de aclimatación, el alarido podrá oírse en Vigo.