Sé que es probable que haya perdido dinero desde que me di de alta en autónomos hace ya casi diez años por no tener un asesor. Pero cuando me di de alta bastante tenía con pagar la cuota como para tener más gastos. Supongo que aquello aguzó mi ingenio para tratar de solventar yo mismo todas las cuestiones burocráticas, especialmente las vinculadas con Hacienda. Hasta ahora, cruzo los dedos, nunca he tenido problema, pero estoy seguro de que algún error habré cometido estos años, porque soy de letras muy puras, y los números nunca han sido lo mío.

Pero mi tiempo como contable de mis finanzas y asesor de mis propios trámites ha conseguido consolidarme y manejar un cierto conocimiento que también es útil para mi profesión. Pero sé que llego tarde para algunas cuestiones que tal vez debería haber valorado antes, como la de Contratar salud para autonomos. Así como lo de tener mi propio asesor me parecía un gasto innecesario en un inicio, tener un seguro privado ya era de ciencia ficción. Pero con el tiempo me he dado cuenta de que son cosas no solo para empresarios millonarios, cómo pensaba en un principio.

La cuestión es que, como autónomo, debo estar muy atento a todo aquello que me permita desgravar. Y se da la circunstancia de que, desde hace años, estoy incluido en el seguro que tiene mi mujer en su empresa. Pero ese seguro tiene un coste, no es algo gratuito que se conceda a los trabajadores de esa empresa como un beneficio social o algo así. Es decir, si yo me diese de baja de ese seguro, mi mujer pagaría menos por él. 

Así las cosas, desde hace tiempo llevo pensando en la posibilidad de Contratar salud para autónomos yo mismo fijándome en el coste y los beneficios que pueda tener. Lo más importante es calcular cuál sería el coste en comparación con lo que paga ahora mismo mi mujer por mí, teniendo en cuenta que es un seguro que no puedo desgravar en mis declaraciones porque no está a mi nombre ni lo pago yo. Así que me toca ponerme la gorra verde de asesor y analizar a fondo el asunto.