Cuando vas a amueblar tu terraza de exterior una de las elecciones más importantes es el material de los muebles que vas a colocar, mesas y sillas principalmente. Hay muchas opciones en el mercado y todas tienen sus pros y también sus contras. Conocer las más importantes y algunas de sus características puede ser de gran ayuda para tomar una decisión que haga que la terraza tenga mucho éxito y guste a todos los clientes.

-Fibras vegetales. A favor de los muebles de fibras vegetales está su elegancia. Son sin duda alguna los más bonitos y harán que la terraza tenga mucha clase. Además, son bastante ecológicos, siempre que estas fibras sean sostenibles. Y resultan muy atractivos para los clientes porque son bonitos y muy cómodos. Este tipo de muebles no son baratos y por eso suelen tener diseños cuidados. Pero en su contra está el hecho de que en muchos casos no soportan muy bien la intemperie continuada a no ser que vengan muy bien tratados. Y también la dificultad a la hora de limpiarse, ya que suelen tener muchos recovecos en los cuales el polvo se acumula fácilmente.

– Aluminio. Los  muebles de exterior en aluminio tienen la ventaja de que son muy resistentes. Soportan muy bien el peso, los movimientos bruscos y son muy ligeros por lo que es muy fácil apilarlos si quieres recoger la terraza durante la noche. En su contra juega el hecho de que son muy fríos y pueden llegar a resultar desagradables durante el invierno. Por eso, en muchas sillas de aluminio vemos como el asiento y el respaldo son de plástico o tienen cojines para que no den esa sensación tan desagradable.

– Plásticos y resinas. Los muebles de plástico o de resina son los más económicos, lo que supone una ventaja muy considerable. La calidad del material va a ser determinante ya que los de más alta gama, que imitan a las fibras vegetales con bastante realismo, pueden ser los mejores ya que resultan fáciles de limpiar y soportan muy bien los cambios de temperatura. En su contra está el hecho de que los modelos baratos y de calidad cuestionable pueden deformarse con el sol o incluso cambiar de color. Los de resina, por ejemplo, se ennegrecen con la humedad y se ponen amarillos con el sol, lo que hace que se vean muy feos en poco tiempo.