Es mi segundo intento y creo que esta vez va a salir bien. Hace un par de años tratamos de abrir una guardería para perros en un barrio de la ciudad, pero, por diversas circunstancias, no terminó de funcionar y tuvimos que cerrar. Pero la idea se mantenía porque siempre he confiado que es un negocio de futuro, pero también hay que saber elegir el lugar y creo que nos equivocamos con la primera ubicación.

En esta ocasión he decidido apostar por el barrio en el que vivo. Al principio no consideré esta zona porque los alquileres estaban demasiado caros para el presupuesto que manejábamos. Pero es un barrio en el que hay muchas familias con perros y no hay ningún negocio de este tipo. Una vez seleccionado el local y, aprovechando que los precios han bajado considerablemente, hemos estado habilitándolo de cara a transformarlo en un espacio amigable para las mascotas. Ahora ya estamos en la fase final negociando con una empresa de Estores para escaparates y mamparas de protección.

Se da la circunstancia de que es una calle en la que pega el sol buena parte del día y las temperaturas en verano exigen alguna protección porque la luz entraría a través de la gran cristalera y tenemos que velar por mantener una temperatura moderada para que los animales estén a gusto. Por otro lado, necesitamos mamparas para separar algunos espacios en la zona de juegos de las mascotas.

Por lo tanto, una vez que seleccionemos la empresa Estores para escaparates y mamparas de protección nos hagan el trabajo llega el momento esperado: la apertura. De momento, después de una buena campaña de marketing por el barrio considero que puede ser un éxito inicial ya que muchas personas se han interesado por nuestro sistema de trabajo.

Es un barrio joven en el que muchas veces las personas no pueden encargarse de los perros todo el día y para ellos puede ser una buena opción tenerlos unas horas en un espacio en el que puedan estar bien cuidados y en los que puedan jugar e interactuar unos con otros.